¿Quieres vivir experiencias únicas siguiendo unos caminos que exploran la historia de Galicia?
Ven a Rois
La mejor manera de conocer Rois es hacerlo caminando despacio. Las rutas de senderismo acondicionadas y señalizadas nos acercan experiencias únicas. Seguir estos caminos es explorar la historia de Galicia en pocos metros: el castro Lupario, el pazo do Faramello, la milagrosa fuente de San Mamede, el conjunto de hórreos de la Casa do Porto, la arquitectura tradicional bien conservada de Angueira de Castro, las pasarelas que cruzan el río Rois o el descanso al lado del río Tinto. Estas son pequeñas muestras de unos itinerarios que puedes descubrir en imágenes en los vídeos editados por el Ayuntamiento de Rois, con los testimonios de los vecinos y vecinas que habitan este territorio de historia, tradición y leyendas.
La caminata por la ruta das Penicias discurre al lado del río Rois por una zona escarpada y llena de penas o piedras, de ahí el nombre del sendero.
Comienza en una iglesia, la de San Mamede, que con su torre campanario formando un pórtico de entrada al templo presenta una estructura única en el municipio. Hace parada en la fuente de San Mamede que nace en el alto del Píndalo, a la que la tradición oral le atribuye efectos milagrosos para los dolores de barriga. Asciende hasta la Casa do Porto, una aldea ubicada en un alto desde el que contemplar hermosas vistas panorámicas y en la que, además, se encuentra una zona con un conjunto de cinco hórreos restaurados y un crucero. Por tanto, naturaleza, patrimonio y tradición van de la mano en este sendero.
La ruta do castro Lupario parte del jardín cultivado en memoria de las víctimas del accidente del tren Alvia en Angrois en 2013.
Se interna en los restos de un poblado castreño íntimamente ligado con la leyenda de la reina Lupa y con la historia de la Traslatio de los restos del Apóstol Santiago a Galicia. Visita una aldea con casas de variadas tipologías y en la que una torre controlaba el paso entre el sur y el norte de Galicia. Se acerca al pazo do Faramello, que albergó la primera fábrica de papel de Galicia, de 1710. En un tramo, discurre paralela al río Tinto, que dio servicio a la imprenta, a una fábrica de curtidos y a varios molinos. Y finaliza en el punto en el que comenzó, en una zona de reforestación de especies autóctonas de especial valor natural.